Mientras 870 millones de personas pasan hambre, el mundo desperdicia cada año 1,300 millones de toneladas de alimentos.
El 54% del desperdicio se produce en las etapas iniciales de la producción, manipulación, almacenamiento y postcosecha.
El 46% restante, ocurre en las etapas de procesamiento, distribución y consumo de los alimentos.
En definitiva, el problema del hambre en nuestro planeta nada tiene que ver con la falta de producción de alimentos. Comida hay y suficiente.
Nosotr@s como consumidores tenemos un papel que desempeñar para reducir este desperdicio de alimentos.
¿De qué manera? Planeando mejor nuestras compras y comprando sólo lo que realmente necesitamos, así la comida no terminará dañándose en nuestra nevera o alacena.
Otra forma es buscando nuevas maneras para aprovechar esas partes del alimento que para much@s son desperdicio y que suelen terminar en la basura.
Aquí les comparto una receta que preparo hace algún tiempo para aprovechar las hojas de remolacha orgánicas de @lagranjadekaya
L@s invito a prepararlas y deleitarse con su sabor umami y todos los beneficios de un alimento vivo y lleno de microorganismos.
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