¿Sabías que la forma de alimentarnos puede aumentar o disminuir nuestra predisposición a desarrollar algunas enfermedades?
El alimento tiene un perfil epigenético, es decir que tiene la capacidad de modificar tus genes. Si un individuo está predispuesto genéticamente a desarrollar cierta enfermedad y realiza cambios adecuados en su dieta, estos actuarían de manera positiva evitando o atenuando dicha enfermedad. De la misma manera, si la dieta es inapropiada la influencia negativa actuaría desencadenando o agravando la enfermedad. Además, nuestras células se renuevan cada 7 años. Si con los alimentos que les aportamos no obtienen los nutrientes necesarios, se producen los errores. Está claro entonces: Somos lo que comemos. Pero mucho más, somos lo que digerimos y absorbemos. Nuestra energía proviene de los alimentos y la energía de estos, proviene de la naturaleza.
¿Cómo se ve tu plato de comida? ¿Hay variedad y color en tu plato? ¿Hay alimentos fermentados? ¿Consumes alimentos funcionales? ¿Consumes grasas de buena calidad? ¿Consumes local y de estación? ¿Sabías que las elecciones que tomas a la hora de comer afectan el territorio en el que vives? ¿Cómo recuperar esos saberes ancestrales que nos conectan con la tierra?
En marzo empezamos un ciclo de talleres, en los que trataremos estos y muchos otros interrogantes alrededor de la forma cómo nos alimentamos y de qué manera cambiar algunos hábitos para mejorar nuestra salud y la del planeta.
También estoy haciendo acompañamientos personalizados para l@s que quieran cambiar hábitos o hacer un camino de transición hacia una dieta basada en plantas o disminuir sus consumos de alimentos de origen animal.
Si estás interesad@ en los talleres o en el acompañamiento personalizado, envíame un mensaje directo.
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